martes, 25 de diciembre de 2012

Shulman. Reflexiones en torno a la definición de modernismo.

PLANTEAMIENTO DE UN PROBLEMA HISTORIOGRÁFICO.

El 18 de marzo de 1935, en el diario madrileño La Voz, Juan Ramón Jiménez publicó sus ideas críticas sobre el modernismo, aunque todavía resultaban controvertidas, ya han sido muchos los que le han dado la razón. Afirmaba que el modernismo fue una tendencia que lo alcanzó todo, proveniente de Alemania, de unos curas con un movimiento reformador llamados modernistas. Pasó a Espapa por su actitud. "Eso es modernismo: un gran movimiento de entusiasmo y libertad hacia la belleza".

Haber tomado esto por verdadero, no hubiese ido al fondo de la cuestión, tal como cree Ricardo Gullón, puesto que dejaría fuera la gran influencia de Rubén Darío, que durante muchos años ha hecho creer a críticos e historiadores que él fue el iniciador del modernismo ("El movimiento de libertad que me tocó iniciar en América...", 1905. "Y he aquí cómo pensando en francés y escribiendo en castellano... publiqué el pequeño libro que iniciaría el actual movimiento americano..." Azul, 1888). Los críticos tradicionalistas fijan el principio del modernismo en 1888, cuando Darío publica Azul. Luego se convertirá en la figura prototípica de este movimiento, menospreciando a los que realmente integran la primera generación modernista: Martí, Nájera, Silva y Casal, que pasaron a ser los "precursores" para los tradicionalistas. Siguiendo este camino, el modernismo terminaría en 1916 con la muerte de Rubén Darío, como lo considera Raúl Silva Castro. Esta visión plantea algunas contradicciones. Cuando Darío escribió Prosas Profanas, Martí ya había escrito Ismaelillo, Versos libres y Versos sencillos. Para los que tienen una nueva visión del modernismo, no lo consideran ya una escuela, sino una época regeneradora. Se manifestó primero en la prosa de José Martí y Manuel Gutiérrez Nájera entre 1875 y 1882. En 1895, Darío Herrera ya apuntaba que Darío y Casal habrían sido los propagadores del modernismo, pero no los iniciadores. Así también, José Enrique Rodó, en 1899 sentenció que el modernismo distaba mucho de ser una literatura insustancial.

En una encuesta sobre el modernismo en la publicación El Nuevo Mercurio (1907) de enrique Gómez Carrillo, hay expresados puntos de vista bajo la influencia de Darío donde lo consideran un producto preciosista. Hay otras opiniones en contra, como la de Rafael López de Haro, que le parecía una manifestación efímera. Aunque en general, los comentarios son positivos y desde una visión juanramoniana. Incluso Manuel Machado sostuvo que era la anarquía y el individualismo absoluto y J. Suárez de Figueroa en "la libertad de expresión de pensamiento". Por tanto, el modernismo, tanto en sus primeras investigaciones como en las últimas, es una forma literaria de un mundo en estado de transformación.

LA NATURALEZA DEL MODERNISMO.

Todas las opiniones aparecidas en El Nuevo Mercurio llevaron a relacionar modernismo como expresión literaria con aspectos filosóficos, ideológicos y sociales basados en un positivismo tardío. Esto se contrapone con considerar al modernismo como literatura exótica y escapista.

EL MODERNISMO: ÉPOCA Y ESQUEMA.

Dado que el modernismo se alarga en el tiempo, se puede ver una estética que va evolucionando y que incluso a veces puede llegar a contraponerse. Abarcaría entre los años 1882 y 1932. El modernismo supuso una rebeldía y una individualidad frente a las formas anquilosadas de tintes neoclásicos de la época. Un sincretismo que viene del proceso de maduración de la cultura Hispaniamericana. Así lo observó Eduardo de la Barra en el prólogo de su primera edición de Azul. De la misma manera, además de Darío, Martí, Nájera, Lugones y González Martínez tienen una estética que va desde el afrancesamiento hasta el tradicionalismo hispánico.

Curiosamente, encontramos entre ellos, discrepancias entre la fomración de la estética modernista. Así, Martí, se opone al parnasianismo, que junto con el impresionismo, el expresionismo y el simbolismo, es una de las consideradas influencias extranjeras. Sin embargo vemos en us estilo ejemplos de la estética parnasiana. Hay críticas contra el preciosismo de Rubén o contra sus imitadores. Esto viene a demostrar también que todo el modernismo no es Darío.

ESTÉTICA, IDEOLOGÍA Y ÉPOCA.

Existen numerosas corrientes filosóficas e ideológicas que contribuyen a la creación del modernismo. Manuel Pedro González cree que fue "el crecer de un espíritu de investigación libre, fomentado por el positivismo americano..." También, según Gullón, el "neoespiritualismo". Se trata de un proceso muy complejo de transformaciones radicales como la industrialización, el anarquismo, el marxismo, la ciencia, el auge del capitalismo... De ahí la estética "acrática" que proclamaba Rubén. Por tanto, el intentar silenciar la ideología, como Raúl Silva de Castro, no tiene razón de ser.

Uno de los mayores logros del modernismo es "una preocupación metafísica de carácter agónico", producidos por algo tan contemporáneo como la confusión y la soledad. Se observa en: Darío, "lo fatal"; Asunción Silva, "la respuesta de la tierra"; Gutiérrez Nájera, "las almas huérfanas". Todo esto lleva a producir una literatura escéptica, donde no encontraban cabida en ese ambiente burgués incipiente. De ahí esa "evasión modernista", que ha llamado con cierta inexactitud.

REALIDAD Y EVASIÓN.

Elementos tales como el cisne, ninfas, rubíes, diamantes, ambientes exóticos... son sólo una cara del modernismo. Para un modernista, todo esto adquiría una realidad. Lo que mal se ha llamado evasionismo, relamente tiene mucho de realismo. Como "el rey burgués", "El velo de la reina Mab" o "la canción de oro", que hablan de la mezquindad humana.

Dos novelas en el a uge del modernismo, La parcela de 1898 y Fuertes y débiles de 1919 de J. López Portillo y Rojas, pueden llevar a pensar que en el realismo hispanoamericano pueden darse grandes irrealidades contadas desde una perspectiva realista.

EL MODERNISMO: ARTE SINCRÉTICO.

La independencia política se consiguió en 1824, pero la literatura no se da hasta el modernismo. Para algunos  modernistas, esto conlleva a rechazar lo español y alabar lo francés. Aunque hubo otros, como Darío o Nájera que acabarían incorporando elementos de la literatura española del Siglo de Oro. Martí lo había introducido ya desde 1875. Así, el modernismo desde 1875-1880, aparece en dos modalidades. Una, con elementos hispánicos (Martí) y otra afrancesada (Nájera).

Si nos fijamos en su temática, tres corrientes: extranjerizante, americana e hispánica (en Darío, por ejemplo).

Lo hispánico acabó imponiéndose, sin que por ello desaparecieran las otras. Para sintetizar todos los elementos se utilizaron técnicas procedentes de la pintura, la escultura y la música. Color, plasticidad, ritmos, esculturas en prosa y verso, elementos impresionistas y expresionistas... hasta crear todo un arte sincrético.

EL MODERNISMO ¿MOVIMIENTO CONCLUSO?

Desde la óptica juanramoniana, todavía en la prosa narrativa actual, se puede encontar visos de modernismo. Así, según el crítico español José María Valverde, encuentra en mario Vargas Llosa y su novela La ciudad y los perros, premio Biblioteca Breve de 1962, se trata de "una novela poética, donde el lenguaje se musicaliza". El modernismo hispanoamericano se prolonga en el tiempo, así como ocurrió con el barroco. Existen nuevos ejemplos que van más allá de la señalada como fin, 1916, por Silva Castro.

En 1916, Alcides Arguedos, Raza de bronce (plasticidad, color, lirismo...); José Eustasio Rivera con La vorágine, 1924; Yánez, 1947, Al filo del agua... También, Miguel Ángel Asturias, Hombres de maíz, 1949; Manuel Mejía Vallejo, El día señalado, 1964; Alejo Carpentier, Los pasos perdidos, 1953 y El acoso, 1958. Por tanto, se puede admitir que hoy existe un legado ideológico modernista en la literatura.

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