lunes, 31 de diciembre de 2012

Soy yo quien anda esta noche. Juan Ramón Jiménez. Comentario de texto.

Soy yo quien anda esta noche
por mi cuarto, o el mendigo
que rondaba mi jardín
al caer la tarde...? Miro

en torno y hallo que todo
es lo mismo y no es lo mismo...
la ventana estaba abierta?
yo no me había dormido?

El jardín no estaba blanco
de luna...? El cielo era limpio
y azul... Y hay nubes y viento
y el jardín está sombrío...

Creo que mi barba era
negra... yo estaba vestido
de gris... y mi barba es blanca
y estoy enlutado... ¿Es mío

este andar? tiene esta voz
que ahora suena en mí, los ritmos
de la voz que yo tenía?
Soy yo...? o soy el mendigo

que rondaba mi jardín
al caer la tarde...? Miro
en torno... Hay nubes y viento...
El jardín está sombrío...

... Y voy y vengo... Es que yo
no me había ya dormido?
Mi barba está blanca... Y todo
es lo mismo y no es lo mismo... 


En este poema nos describe su preocupación por saber quién es, si el viejo mendigo o el joven poeta. Adopta un tono emotivo y sentimental, tristeza, melancolía. El jardín como reflejo del alma del poeta.

El tema es el paso del tiempo y la transformación constante de todo "creo que mi barba era negra... yo estaba vestido de gris... y mi barba es blanca y estoy enlutado" ¿Cuánto dura la vida? Poco.

El poema se articula por una serie de contraposiciones que afectan al yo. Las establece en varios momentos de su vida y de su existencia. "Hallo que todo es lo mismo y no es lo mismo", "jardín verde de luna, cielo limpio y azul", "hay nubes y viento y el jardín está sombrío".

Consta de una estructura continua estática, ya que no presenta avance temático, plantea el tema una  y otra vez, guardando entre sí relación de sinonimia. De modalidad circular, ya que termina prácticamente en el mismo punto en el que empezó. "todo esto es lo mismo y no es lo mismo".

Se relaciona por una parte con la morfosintaxis: el poema se enlaza con cojunciones copulativas, como Y: "miro en torno y hallo que todo es lo mismo y no es lo mismo"; "el cielo era limpio  y azul... y hay nubes y viento y el jardín está sombrío"; "yo estaba vestido de gris y mi barba es blanca y el jardín está enlutado", etc.

Los tiempos verbales van del presente simple al pasado (imperfecto/perfecto simple) "¿Soy yo quien anda esta noche...?, "¿la ventana estaba abierta?", "¿yo no me había dormido?".

Marcan gramaticalmente las transiciones: "creo que mi barba era negra... yo estaba vestido de gris.. y mi barba es blanca y estoy enlutado".

Por otro lado, se relaciona con la retórica: consta de varias antítesis que se desarrollan durante todo el poema:

"todo es lo mismo y no es lo mismo"
"¿el jardín no estaba verde de luna?"... el cielo era limpio y azul.. y hay nubes y viento y el jardín está sombrío".

Jardín verde, de luna: iluminado ---------------- jardín sombrío, oscuro.
Cielo  limpio y azul, claridad-------------------- cielo con nubes y viento, oscuridad.

"Creo que mi barba era negra... yo estaba vestido de gris... y mi barba es blanca y estoy enlutado".

Barba negra, juventud--------------barba gris, vejez.
Vestido gris------------------------ vestido negro.

Con lo que se observa también una disposición cruzada de los elementos o quiasmo.

Barba negra                                       Barba gris
Vestido gris                                        Vestido negro

Hay numerosas pausas, predominan los puntos suspensivos y las frases interrogativas a lo largo de todo el poema. De hecho, comienza con una pregunta dondoe se cuestiona su naturaleza. Lo que le otorga un tono de incertidumbre.

Duda en todo momento: "¿es mío este andar?, ¿tiene esta voz que ahora suena en mí los ritmos de la voz que yo tenía?, ¿soy yo, o soy el mendigo que rondaba mi jardín al caer la tarde?"

Vive como en una especie de ensoñación, con una atmósfera doliente: ¿yo no me había dormido?

Encontramos la repetición constante del YO: "¿soy yo...?, ¿yo no me había dormido?, yo estaba vestido de gris". Cuando no aparece el yo, aparece el pronombre posesivo MI, MÍO. Produce una intensificación de su persona, adquiere fuerza y realidad, se materializa.

Hay un motivo, que es la ventana, que se utiliza de puente entre su habitación y el jardín que traspasa, un elemento abierto al exterior. Va desde el espacio interior de su habitación al exterior del jardín. En el espacio interior se siente poeta, mayor seguridad, en el exterior se siente mendigo (aunque el jardín sigue siendo un espacio cerrado, a veces con forma circular o cuadrangular...)

La palabra más reiterada es jardín, aparece cinco veces a lo largo del poema. Cargada de significado, ya que expresa sus sentimientos (melancolía, tristeza...) a través de la naturaleza. Aunque no es una naturaleza hostil, no habla de selva ni de bosque, un jardín está creado y controlado por el hombre.

Otro motivo que se infiere del paso del tiempo es la muerte, siente angustia ante ella, se refugia en la melancolía y su vida se siente amenazada por la nada.

El poema es una especie de monólogo interior donde expresa sus sentimientos más  íntimos, le afloran sus miedos más profundos: saber quién es, el paso del tiempo, la muerte.

Con la naturaleza se produce un campo léxico-semántico en torno a ella: jardín, verde, luna, cielo azul y limpio, nubes, viento...

Utiliza una sintaxis emotiva, utiliza la yuxtaposición y la coordinación.
Yuxtaposición: "¿la ventana estaba abierta? ¿yo no me había dormido? ¿el jardín estaba verde de luna?": es menos estructurado, da una visión más caótica de la realidad y es más expresiva que la coordinación: que implica una cierta estructuración del discurso: "el cielo era limpio y azul.. y hay nubes y viento y el jardín está sombrío..."

En cuanto a las categorías morfológicas, predominan los sustantivos como jardín, mendigo, ventana, nubes, viento, barba, este andar, la voz, los ritmos, la tarde...

Alguno de los sustantivos van adjetivados, como cielo limpio y azul, jardín sombrío, barba blanca, barba negra...
Cuando aparece el sustantivo solo realza su esencia, cuando va con un adjetivo calificativo realza la apariencia del sustantivo.

También predominan el pronombre personal YO y los pronombres posesivos MI/MIO:
¿yo no me había dormido?
¿yo estaba vestido de gris?
¿mi barba era negra?
¿es mío este andar?

La naturaleza de las categorías morfológicas es que son sustantivos comunes, los encontramos concretos: jardín, mendigo, ventana, barba... y abstractos como el andar, la voz, los ritmos... los cuales intelectualizan al poema.
Cuando aparecen con un adjetivo, éste siempre va pospuesto al nombre. Es un léxico sencillo, cotidiano y normal. Un tipo de "poesía desnuda".

Los verbos se encuentran en indicativo, que es el modo objetivo. En presente y pasado. Los más usados son el verbo ser y el verbo estar. De ahí la naturaleza de duda e incertidumbre: ¿quién soy? ¿dónde estoy? "Barba era negra, barba es blanca, ¿soy yo...?; la ventana está abierta".
También por el verbo creer, no está seguro (creo que mi barba era gris...)

Métrica.

Predomina el verso corto, la mayor parte del poema son octosílabos. Por lo que lleva el acento obligatorio en la séptima sílaba métrica.

Está elaborado con numerosas pausas, tanto versales como estróficas: "¿soy yo, o soy el mendigo que rondaba mi jardín al caer la tarde?... Miro en torno... hay nubes y viento... el jardín está sombrío..." En relación con las pausas, encontramos el encabalgamiento, ya que no coincide la pausa versal y la pausa sintáctica:
"¿el jardín no estaba verde
de luna?... El cielo era limpio
y azul... y hay nubes y viento
y el jardín está sombrío..."

Es un tipo de encabalgamiento suave, la línea melódica del verso encabalgante se prolonga hacia el final del verso encabalgado.

Tiene rima asonante, da un ritmo espontáneo y leve de musicalidad.

Se podría decir que es un romance con variaciones, que forma una serie de cuatro estrofas desiguales.

En conclusión, tiene un vocabulario sencillo y parco en adjetivos. No tiene sintaxis rebuscada. Primera y tercera estrofa son casi idénticas y la cuarta aparece de forma desordenada en la segunda.


miércoles, 26 de diciembre de 2012

La literatura dentro de la literatura. El desorden de tu nombre. Juan José Millás.

Uno de los temas de El desorden de tu nombre es la literatura, sobre todo por la aparación de una serie de cuentos que se recogen resumidos que forman parte de la novela. Encontramos que desde la lectura de éstos pasamos a la construcción y desarrollo de una novela que parece seguir su modelo.

La literatura se incluye en un volumen de Orlando Azcárate titulado "la vida en el armario", cuya publicación impide Julio como asesor editorial. En principio parece que tiene un carácter secundario, pero el desenlace también se da con la aparición de la novela encima de la mesa. Al final ha conseguido acabar su novela, ha triunfado.

El libro de Orlando Azcárate será el generador de la novela, lo que le impulsa porque hay una clara de relación de celos y de envidia por parte de Julio. Incluso le lee a Laura uno de los cuentos tras afirmar que el autor del libro es él.

En un momento determinado piensa en asesinar a Azcárate para luego publicar el libro como si fuera suyo. Esta envidia le lleva a escribir para mejorar ese libro, para superarlo.

Aparece continuamente, cuando relfexiona, cuando habla con el psicoanalista, con Ricardo Mella. Se siente fuerte cuando piensa que un buen escritor está obligado a poseer alguna quiebra que pojnga en cuestión su propio triunfo. Siempre había evitado a Ricardo y una parte había sido porque despertaba en él la envidia. Se dice: "se sentía muy cómodo frente a un escritor de segunda fila, sabiendo que él era un editor de primera".

El título de los cuentos tiene un tono de humor, pero a medida que los leemos vemos que los temas que tratan los cuentos tieneen que ver con la novela. En el capítulo V aparece resumido un cuento que se llama El concurso y que empieza Julio a leer sin interés cuando tiene gripe. En ese cuento un escritor idea un plan perfecto para asesinar a su mujer y luego que pase por un suicidio. No lleva a cabo ese plan, pero escribe un relato en el que se narran esos hechos y se los da a leer a su mujer. Ésta se anima a presentarlo a un concurso y a continuación se suicida. El escritor, dentro de este relato, para evitar que le condenen, tiene que matar al presidente del jurado y al resto de los miembros.

Este cuento se podría relacionar con el matrimonio de Laura y Carlos Rodó, donde ella acaba asesinando a su marido haciendo ver que es por una adicción de él a alas anfetaminas y a los tranquilizantes.

También aparece el tema que tanto obsesiona a Julio, que es el de ser escritor, el de triunfar como escritor porque el jurado felicita al personaje del cuento antes que los asesine.

Los cuentos no se presentan como tal, si no que lo que nosostros leemos es una versión que Julio hace de ellos. Es otra literatura dentro de la literatura. Además, bien porque piensa que será decepcionante o porque el cuento le gusta y aparecen los celos no se nos acaba de resumir el final.

En el capítulo VII, encontramos "La mitad de todo" y a continuación el más extenso que es "La vida en el armario" que Julio lee como sin importancia. Es un personaje aficionado a robar que se esconde en un armario en unos grandes almacenes, el armario es llevado a una casa donde escucha la voz de una mujer y queda fascinado por ella. Cuando lee este cuento es cuando reflexiona sobre su pasado, reflexiona sobre su hijo. Piensa en su existencia como la forma de un árbol y a partir de ahí empieza a pensar en una historia que considera mejor que los de Orlando Azcárate. Le da el título de "El árbol de la ciencia" y le lleva a decir que la novela es un género de madurez.

Comienza a imaginarse la historia de la que tratará la novela que escribe donde él es el protagonista, que es en realidad la historia que nosotros estamos leyendo y que no considera un vaudeville como lo denomina Azcárate.

Laura también utiliza la literatura. Ella escribe en un diario donde literaturiza su vida. También compara su historia de amor con una novela: "es que esta historia nuestra, amor, es como una novela".

En el último párrafo de la novela tenemos la certeza de que la novela que ha escrito Julio es la que nosotros estamos leyendo. El lector se siente incluido en la novela, forma parte de la dicotomía realidad-ficción. Hay un momento, cuando Julio está en la consulta del psicoanalista, donde le comenta el papel que tiene el lector y dice que a veces la víctima es el lector, que es el personaje que más pierde en las novelas.

Su novela se ha hecho realidad, sería una de las siete situaciones siniestras de Freud, lo fantástico encarnado. Hay una metalepsis. Encontramos una situación parecida en Los temores ocultos de Luis Mateo Díez. Un autor que está escribiendo una historia, pero cree que domina la situación, a los personajes. Cree que sus decisiones afectarán a sus personajes pero no a él. Cuando de repente le cae una gota de sangre en el papel, entonces intenta explicarlo de forma real, cuando no puede empieza a aparecer lo siniestro, lo fantástico encarnado. El autor no tiene fundamento sobre la escritura, hay un contagio de los niveles. Un contagio entre lo que parece que es realidad y lo que parece que es ficción. Puede que sea parte de otro cuento de alguien que está escribiendo, alguien que está escribiendo su historia desde el principio.

Hay tres niveles:
Hipertexto. Escritor fantasma que está escribiendo que caen unas gotas de sangre a alguien.
Texto.Escritor escribiendo.
Hipotexto. La novela que está escribiendo.

Parecido a lo que hallamos en El desorden de tu nombre, donde:
Hipertexto. Escritor fantasma o autor que escribe que Julio escribe una novela.
Texto. Julio escribiendo su novela.
Hipotexto. La novela que Julio escribe.

En el texto también estaría Azcárate y en el hipotexto estarían sus cuentos.

Continuando con el tema de la metaliteratura, de nuevo en Soldados de Salamina, se están mezclando los planos. Es una novela dentro de otra novela. Toda la primera parte es una novela mala, la verdadera novela que estamos leyendo es la suya. Se incluye en la historia para que ésta cobre sentido. Él es quien nos hace entrar, como en El desorden de tu nombre, hasta el final no ha hecho su novela.

Igual que Julio necesita de los cuentos de Azcárate, el protagonista de Soldados de Salamina necesita de esa historia que escribe, necesita buscar a Miralles e integrarse en la historia, para al final hacer una novela tal como en El desorden de tu nombre. Se ha dado realidad a lo que antes era ficción. En ésta, como en la Juan José Millas, observamos que el lector también está incluido en la novela, somos nosotros, los lectores, lso que creemos que puediera ser Miralles el que perdonó la vida a Rafael Sánchez Mazas.

Freud. Siete situaciones siniestras.

1. El doble.
2. La repetición de lo mismo.
3. La fragmentación.
4. Lo vivo que parece muerto.
5. Lo muerto que parece vivo.
6. El presagio.
7. Lo fantástico encarnado.


martes, 25 de diciembre de 2012

Shulman. Reflexiones en torno a la definición de modernismo.

PLANTEAMIENTO DE UN PROBLEMA HISTORIOGRÁFICO.

El 18 de marzo de 1935, en el diario madrileño La Voz, Juan Ramón Jiménez publicó sus ideas críticas sobre el modernismo, aunque todavía resultaban controvertidas, ya han sido muchos los que le han dado la razón. Afirmaba que el modernismo fue una tendencia que lo alcanzó todo, proveniente de Alemania, de unos curas con un movimiento reformador llamados modernistas. Pasó a Espapa por su actitud. "Eso es modernismo: un gran movimiento de entusiasmo y libertad hacia la belleza".

Haber tomado esto por verdadero, no hubiese ido al fondo de la cuestión, tal como cree Ricardo Gullón, puesto que dejaría fuera la gran influencia de Rubén Darío, que durante muchos años ha hecho creer a críticos e historiadores que él fue el iniciador del modernismo ("El movimiento de libertad que me tocó iniciar en América...", 1905. "Y he aquí cómo pensando en francés y escribiendo en castellano... publiqué el pequeño libro que iniciaría el actual movimiento americano..." Azul, 1888). Los críticos tradicionalistas fijan el principio del modernismo en 1888, cuando Darío publica Azul. Luego se convertirá en la figura prototípica de este movimiento, menospreciando a los que realmente integran la primera generación modernista: Martí, Nájera, Silva y Casal, que pasaron a ser los "precursores" para los tradicionalistas. Siguiendo este camino, el modernismo terminaría en 1916 con la muerte de Rubén Darío, como lo considera Raúl Silva Castro. Esta visión plantea algunas contradicciones. Cuando Darío escribió Prosas Profanas, Martí ya había escrito Ismaelillo, Versos libres y Versos sencillos. Para los que tienen una nueva visión del modernismo, no lo consideran ya una escuela, sino una época regeneradora. Se manifestó primero en la prosa de José Martí y Manuel Gutiérrez Nájera entre 1875 y 1882. En 1895, Darío Herrera ya apuntaba que Darío y Casal habrían sido los propagadores del modernismo, pero no los iniciadores. Así también, José Enrique Rodó, en 1899 sentenció que el modernismo distaba mucho de ser una literatura insustancial.

En una encuesta sobre el modernismo en la publicación El Nuevo Mercurio (1907) de enrique Gómez Carrillo, hay expresados puntos de vista bajo la influencia de Darío donde lo consideran un producto preciosista. Hay otras opiniones en contra, como la de Rafael López de Haro, que le parecía una manifestación efímera. Aunque en general, los comentarios son positivos y desde una visión juanramoniana. Incluso Manuel Machado sostuvo que era la anarquía y el individualismo absoluto y J. Suárez de Figueroa en "la libertad de expresión de pensamiento". Por tanto, el modernismo, tanto en sus primeras investigaciones como en las últimas, es una forma literaria de un mundo en estado de transformación.

LA NATURALEZA DEL MODERNISMO.

Todas las opiniones aparecidas en El Nuevo Mercurio llevaron a relacionar modernismo como expresión literaria con aspectos filosóficos, ideológicos y sociales basados en un positivismo tardío. Esto se contrapone con considerar al modernismo como literatura exótica y escapista.

EL MODERNISMO: ÉPOCA Y ESQUEMA.

Dado que el modernismo se alarga en el tiempo, se puede ver una estética que va evolucionando y que incluso a veces puede llegar a contraponerse. Abarcaría entre los años 1882 y 1932. El modernismo supuso una rebeldía y una individualidad frente a las formas anquilosadas de tintes neoclásicos de la época. Un sincretismo que viene del proceso de maduración de la cultura Hispaniamericana. Así lo observó Eduardo de la Barra en el prólogo de su primera edición de Azul. De la misma manera, además de Darío, Martí, Nájera, Lugones y González Martínez tienen una estética que va desde el afrancesamiento hasta el tradicionalismo hispánico.

Curiosamente, encontramos entre ellos, discrepancias entre la fomración de la estética modernista. Así, Martí, se opone al parnasianismo, que junto con el impresionismo, el expresionismo y el simbolismo, es una de las consideradas influencias extranjeras. Sin embargo vemos en us estilo ejemplos de la estética parnasiana. Hay críticas contra el preciosismo de Rubén o contra sus imitadores. Esto viene a demostrar también que todo el modernismo no es Darío.

ESTÉTICA, IDEOLOGÍA Y ÉPOCA.

Existen numerosas corrientes filosóficas e ideológicas que contribuyen a la creación del modernismo. Manuel Pedro González cree que fue "el crecer de un espíritu de investigación libre, fomentado por el positivismo americano..." También, según Gullón, el "neoespiritualismo". Se trata de un proceso muy complejo de transformaciones radicales como la industrialización, el anarquismo, el marxismo, la ciencia, el auge del capitalismo... De ahí la estética "acrática" que proclamaba Rubén. Por tanto, el intentar silenciar la ideología, como Raúl Silva de Castro, no tiene razón de ser.

Uno de los mayores logros del modernismo es "una preocupación metafísica de carácter agónico", producidos por algo tan contemporáneo como la confusión y la soledad. Se observa en: Darío, "lo fatal"; Asunción Silva, "la respuesta de la tierra"; Gutiérrez Nájera, "las almas huérfanas". Todo esto lleva a producir una literatura escéptica, donde no encontraban cabida en ese ambiente burgués incipiente. De ahí esa "evasión modernista", que ha llamado con cierta inexactitud.

REALIDAD Y EVASIÓN.

Elementos tales como el cisne, ninfas, rubíes, diamantes, ambientes exóticos... son sólo una cara del modernismo. Para un modernista, todo esto adquiría una realidad. Lo que mal se ha llamado evasionismo, relamente tiene mucho de realismo. Como "el rey burgués", "El velo de la reina Mab" o "la canción de oro", que hablan de la mezquindad humana.

Dos novelas en el a uge del modernismo, La parcela de 1898 y Fuertes y débiles de 1919 de J. López Portillo y Rojas, pueden llevar a pensar que en el realismo hispanoamericano pueden darse grandes irrealidades contadas desde una perspectiva realista.

EL MODERNISMO: ARTE SINCRÉTICO.

La independencia política se consiguió en 1824, pero la literatura no se da hasta el modernismo. Para algunos  modernistas, esto conlleva a rechazar lo español y alabar lo francés. Aunque hubo otros, como Darío o Nájera que acabarían incorporando elementos de la literatura española del Siglo de Oro. Martí lo había introducido ya desde 1875. Así, el modernismo desde 1875-1880, aparece en dos modalidades. Una, con elementos hispánicos (Martí) y otra afrancesada (Nájera).

Si nos fijamos en su temática, tres corrientes: extranjerizante, americana e hispánica (en Darío, por ejemplo).

Lo hispánico acabó imponiéndose, sin que por ello desaparecieran las otras. Para sintetizar todos los elementos se utilizaron técnicas procedentes de la pintura, la escultura y la música. Color, plasticidad, ritmos, esculturas en prosa y verso, elementos impresionistas y expresionistas... hasta crear todo un arte sincrético.

EL MODERNISMO ¿MOVIMIENTO CONCLUSO?

Desde la óptica juanramoniana, todavía en la prosa narrativa actual, se puede encontar visos de modernismo. Así, según el crítico español José María Valverde, encuentra en mario Vargas Llosa y su novela La ciudad y los perros, premio Biblioteca Breve de 1962, se trata de "una novela poética, donde el lenguaje se musicaliza". El modernismo hispanoamericano se prolonga en el tiempo, así como ocurrió con el barroco. Existen nuevos ejemplos que van más allá de la señalada como fin, 1916, por Silva Castro.

En 1916, Alcides Arguedos, Raza de bronce (plasticidad, color, lirismo...); José Eustasio Rivera con La vorágine, 1924; Yánez, 1947, Al filo del agua... También, Miguel Ángel Asturias, Hombres de maíz, 1949; Manuel Mejía Vallejo, El día señalado, 1964; Alejo Carpentier, Los pasos perdidos, 1953 y El acoso, 1958. Por tanto, se puede admitir que hoy existe un legado ideológico modernista en la literatura.

María. Romanticismo en estado puro.

Jorge Isaacs.

Publicada en Bogotá en 1867, fue la novela que consagró a Jorge Isaacs. Nacido en Cali, Colombia, el 1 de abril de 1837, hijo de un comerciante inglés nacido en Jamaica.

Procediendo de ascendencia judía por parte de su padre y de lherencia española por parte de su madre y habiendo abandonado el Valle del Cauca para cursar estudios en Bogotá de medicina, no es extraño que se le achaque un cierto autobiografismo en su novela.

Localizada en un lugar geográfico determinado, encontramos varios espacios y paisajes distintos. El llano, el río, la selva y las montañas. Exaltación de la naturaleza, basada probablemente en la experiencia directa del autor con el mundo rural "Cuando salí al corredor que conducía a mi cuarto, un cierzo impetuoso columpiaba los sauces del patio; y al acercarme al huerto, lo oí rasgarse en los sotos de naranjos, de donde se lanzaban las aves asustadas. Relámpagos débiles, semejantes al reflejo instantáneo de un broquel herido por el resplandor de una hoguera, parecían querer iluminar el fondo tenebroso del valle". Crea un clima romántico, junto con otros elementos como la melancolía, el amor apasionado, el sentimentalismo, la pureza... aparecen temas tan importantes como el amor puro, la muerte, la esclavitud... Aunque no hay duda de que es una obra cumbre del romanticismo, no obstante se podría considerar que abusa de tópicos tales como la idealización de María, la protagonista femenina, que aparece como "ángel del hogar", caracterizada positivamente con "voz dulce, mejillas rosas, dientes simétricos, labios rojos"... Así como la armónica convivencia de las diferentes clases sociales, en un tiempo en que no estaba abolida la esclavitud, convirtiéndose en una "Arcadia feliz", donde Efraín, el protagonista masculino y socioeconómicamente arriba en la escala social, siente admiración o ternura por alguno de sus esclavos o criados. Esto choca frontalmente con las novelas antiesclavistas de la primera mitad del siglo XIX, como Sab (1841) de Gertrudis Gómez de Avellaneda; Francisco, de Anselmo Suárez y Romero y Cecilia Valdés (1929), de Cirilo Villaverde.

Autores como Donald McGrady basan su influencia en la novela de Saint-Pierre, Pablo y Virginia (1787), en la equivalencia de ciertos elementos como el retrato de las protagonistas femeninas (María-Virginia) y la enfermedad y desesperación de los protagonistas masculinos (Pedro-Efraín).

Narrada en primera persona por Efraín, que se convierte en observador y testigo, desde el presente, rememora acontecimientos pasados, lo que puede llevar a confusiones espacio-temporales o contradicciones cronológicas, achacables quizá a descuido de Isaacs o a que se trata del recuero de Efraín y pueden dar lugar a divagaciones e imprecisiones. Ralentización, deteniéndose en detalles o descripciones innecesarias "...las rosas de la ventana temblaban como si se temiesen abandonadas a los rigores del tempestuoso viento: el florero contenía ya marchitos  y desmayados los lirios que en la mañana había colocado en él María...", así como numerosas anticipaciones que nos irán anunciando el fatal desenlace y a una subjetivización de lo contado.

A pesar del sentimentalismo exacerbado, que nos puede desviar del verdadero tono de la novela, María, titulada así aunque el verdadero protagonista sea Efraín, porque él escribe a causa de ella, nos transporta a un mundo lleno de ternura y amor que hace que merezca la pena ser leída.

Martín Fierro. Literatura folclórica de tema gauchesco.

José Hernández.

En un lugar de Argentina, sentado frente a una mesa cualquiera, escribía José Hernández, lo que llegaría a ser su gran epopeya literaria. Nacido en Chacra de Puyrredón, provincia de Buenos Aires en 1834, pasaría gran parte de su infancia y  juventud en un ambiente rural. De los más jóvenes de la segunda generación de románticos. Vive las luchas entre unitarios y federales, tras la caída de Rosas. La literatura gauchesca nace como literatura pastoril. Los gauchos son personajes rurales que recitan versos. Se produce un interés a partir de la caída de Rosas y las guerras de la frontera por parte del hombre urbano y costero por el gaucho y las culturas del interior. Antes de Hernández, los autores de literatura gauchesca presentaban el mundo del gaucho desde fuera, como una convención formal, incluso ridiculizándola. Autores como Hidalgo, presenta el recuerdo de la patria a través de la payada. Ascasubi inscribe su historia en el modelo romántico de personajes marginales y E. del Campo escribe una obra dramática donde dos gauchos hablan y uno de ellos cuenta la ópera Fausto. La crítica se divide entre los que pretendían criticar a la cultura frente al acerbo popular o quienes hacen una parodia del gaucho. Estos escritores son cultos, educados en el ámbito europeo, donde se riduculiza. En cambio, A. Loussich da un giro y se centra más en sus costumbres ys u vida. Entronca con el Martín Fierro en que ambos hablan del mundo del gaucho y hay una especie de búsqueda de identidad.

Se trata, por tanto, de un poema narrativo en octosílabos formado por El gaucho Martín Fierro, 1872 y La vuelta de Martín Fierro, 1879. Reunidos en un solo libro apareció en 1919 bajo el nombre de Martín Fierro. Según palabras del propio Hernández, escribió la primera parte porque "...mi objeto ha sido dibujar a grandes rasgos, aunque fielmente, sus costumbres, sus trabajos, sus hábitos de vida, su índole, sus vicios y virtudes..." y la segunda, "Un libro destinado a despertar la inteligencia y el amor a la lectura en una población casi primitiva, a servir de provechoso recreo, después de las fatigosas tareas, a millares de personas que jamás hayan leído, debe ajustarse estrictamente a los usos y costumbres de esos mismos lectores, rendir sus ideas e interpretar sus sentimientos en su mismo lenguaje..." Cuando se exilia en 1870-72, parece que es entonces cuando escribe la primera parte. No se lo planteó como obra abierta. Ya en el título encontramos diferentes datos: gaucho, identidad argentina; Martín, el santo libertador; Fierro, hierro, en su forma antigua, que lo vincula a la cultura hispana tradicional. Compuesta por trece cantos. Critica la situación político-social, pero no ofrece soluciones. En 1879 publica la segunda parte, que consta de treinta y tres cantos. La situación político-social ya es diferente y Martín Fierro se reintegra en esa sociedad que rechazaba en la primera parte. No se puede entender la segunda parte sin la primera.

Hernández, al principio, se acerca a las ideas de los unitarios. En 1856 se comienza a sentir más cerca de los federales cuando observa que los unitarios rechazan el mundo provinciano. Los textos periodísticos que escribe hasta 1870 se centran entonces en el ataque a los unitarios y en defensa de los habitantes del interior, ya que a partir de 1853, estos jóvenes estaban obligados a hacer el servicio militar en las guerras de las fronteras, a diferencia de los de las ciudades, que podían pagar para no acudir. Esto es uno de los temas que  más se critica en Martín Fierro.

Los polos civilización-barbarie se proyectan de manera contraria. Civilización serían más los gauchos y barbarie la ciudad. El gaucho tiene la fe católica, símbolo de civilización según Hernández. Se ensaña en particular con el personaje de Sarmiento, que aprovecha estas guerras de frontera para eliminar a la población india y gaucha. La utilización de octosílabos que usa el gaucho, al igual que el latinismo Fierro, parece remitir a las formas del castellano del siglo XV o XVI, por lo tanto, no se aleja la herencia española.

Martín Fierro se convierte en un héroe trágico porque está lleno de sufrimiento. Lo presenta como producto de una sociedad, que le hace matar por necesidad. Va contando su vida para explicar una situación presente. Uno de los aspectos que  más llama la atención es la utilización del lenguaje con matices del habla típica del gaucho. Aunque hay un intento de ser fielmente interpretada, lo cierto es que la gran acumulación de barbarismos hace que  no se ajuste probablemente a lo que era su habla.

Así, con el Martín Fierro, Hernández consiguió poner la guinda al pastel de la literatura gauchesca, aunque se observe un cierto tono de paternalismo, supo recoger sus desdichas y  mostrar una difícil situación por la que el gaucho estaba atravesando.